
“Siempre detesté la idea de ser madre”, dice Rocío Molina, lista para presentar Grito pelao junto a Sílvia Pérez Cruz el 18 de julio en el Grec de Barcelona. En el espectáculo, la bailaora narra su rechazo inicial, el anhelo posterior y su momento actual, pues ya está embarazada y embarazada bailará la historia de “una lesbiana sin pareja que quiere tener un hijo”. En su anterior trabajo, Caída del cielo, puso su físico al límite en dos horas de frenesí con las que exploró el cuerpo femenino y lo bello de sus tabúes, menstruación incluida.
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